¿Cómo identificar las características de tu cabello?
Conocer nuestro cabello es clave para poder elegir una rutina y unos productos adecuados. En este post te contamos cómo.
Conocer nuestro cabello es clave para poder elegir una rutina y unos productos adecuados. Además, el cabello puede cambiar a lo largo del tiempo, desde una decoloración hasta la menopausia pueden llegar a modificar su forma y estructura. Por lo tanto, poder identificar las características de nuestro cabello nos permite diseñar una rutina equilibrada y ser capaces de adaptarla a los posibles cambios.
Antes de empezar a analizar las características capilares, es importante saber que el cabello es una fibra compuesta por un 70% de agua, un 28% de proteínas y un 2% de sales minerales, lípidos y otros. Esto nos permite entender los INCIS de nuestros productos, y según las necesidades de nuestro cabello, poder identificar qué tipo de ingredientes elegir.
En este post, nos centraremos en las cuatro principales características que debemos tener en cuenta para poder diseñar una rutina: cuero cabelludo, densidad, grosor de la hebra y porosidad.
CUERO CABELLUDO
Los niveles de producción de nuestras glándulas sebáceas determinan nuestro tipo de cuero cabelludo. Este sebo es beneficioso para nuestro cabello ya que es el encargado de lubricar medios y puntas evitando enredos y rotura, y evitar la pérdida de humedad de las hebras. Podemos distinguir tres tipos:
- Cuero cabelludo graso. En este tipo de cuero cabelludo, la producción de sebo es muy alta. En algunas ocasiones es debida a una hiperactividad de las glándulas sebáceas. Son cabellos que se ven muy brillantes, incluso grasientos, y con las raíces aplastadas, sin volumen. La limpieza asociada a este tipo de cuero cabelludo es más continúa, pudiendo tener lugar cada día o cada dos días.
- Cuero cabelludo normal. La producción de sebo de este tipo de cuero cabelludo es normal. El aspecto de estos cabellos es brillante y raíces sueltas. Su limpieza puede darse cada tres o cinco días.
- Cuero cabelludo seco. La producción de sebo de este tipo de cuero cabelludo es muy baja, llegando a suponer una deficiencia de lípidos para lubricar la propia hebra. Estos cabellos tienen un aspecto apagado y debido a la falta de lípidos son más susceptibles a la rotura. La limpieza de este cuero cabelludo puede darse muy espaciada, pudiendo estar más de 7 días sin lavar.
En todos los tipos de cuero cabelludo es importante una buena limpieza, pero siempre adaptada a las necesidades específicas de cada uno de ellos.
DENSIDAD
Es una medida que hace referencia a la cantidad de cabello por centímetro cuadrado en el cuero cabelludo, pudiendo ser alta, media o baja.
- Densidad alta. Se trata de aquella en la que no podemos visualizar el cuero cabelludo a simple vista, sino que tenemos que hacer una partición para poder observarlo.
- Densidad media. Es aquella en la que podemos observar el cuero cabelludo sin necesidad de realizar particiones.
- Densidad baja. La cantidad de cuero cabelludo que podemos observar a simple vista es significativamente baja, llegando a existir falta de cabelludo en algunas zonas.
Normalmente, para los cabellos con densidad baja diseñaremos rutinas sencillas para evitar aportar peso a la hebra y con productos ligeros. En el caso de las densidades altas tolerarán mayor cantidad de producto y productos con ingredientes que aporten más peso.
GROSOR DE LA HEBRA
Esta medida hace referencia al espesor de la hebra individual, como si cada hebra del cabello fuera un hilo de coser. Existen tres tipos de grosores:
- Fino: la hebra es mucho más fina que un hilo de coser y si la ponemos a contraluz apenas podemos verlo. Son cabellos que se ensucian con mucha facilidad y que les cuesta tener volumen.
- Medio: la hebra es un poco más fina que un hilo de coser y si la ponemos a contraluz podemos apreciarla.
- Grueso: la hebra es igual o más gruesa que un hilo de coser y si la ponemos a contraluz se ve muy espeso. Suelen ser cabellos más secos y necesitan más cantidad de producto para trabajarlos.
Es importante conocer esta medida para determinar la cantidad de producto a utilizar y la concentración de ciertos ingredientes en los productos utilizados. Contra más fina sea la hebra, más cuidado hay que tener con los ingredientes a utilizar.
POROSIDAD
La disposición de las cutículas sobre la hebra del cabello es el indicador de esta medida. Estas cutículas con la capa más externa de la hebra y se disponen sobre esta como si fueran las tejas de un tejado. Los determinantes de esta disposición son tanto factores genéticos como daños externos. Existen tres tipos de disposiciones:
- Porosidad baja: las cutículas están totalmente cerradas. Suele darse en cabellos o zonas del cabello vírgenes. Se caracterizan por ser cabellos que tardan mucho en secarse y que les cuesta saturarse por completo cuando los mojas.
- Porosidad media: las cutículas están un poco abiertas. Son cabellos que aceptan y retienen fácilmente la humedad dentro de la cutícula y no requieren mucho mantenimiento.
- Porosidad alta: las cutículas están abiertas. Estos cabellos se secan rápidamente, absorben fácilmente el agua, pero, requieren más productos y se sienten secos con mayor facilidad.
Conociendo nuestro tipo de porosidad, podemos determinar qué cantidad de producto necesitamos aplicar, cómo estilizar nuestro cabello, además de determinar si necesitas productos más suaves o más densos.
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